Como agua en un paisaje lunar, cristalizada, inmóvil…floto, pero no hace frió, no, no es frió, pero la sensación tampoco es cálida, tan solo una sensación como de nota suspendida, casi podríamos pensar que…liviana, y sin embargo noto los volúmenes del cuerpo, mi cuerpo, su peso, su gravedad mantenida, extiendo el antebrazo ante los ojos casi como si quisiera comprobar que sigue allí y puedo ver las venas que surcan mi brazo prolongarse hasta los confines de los dedos y una luz que…azul, irradia hilos, estambres blancos como leche que ondean y se alargan, se doblan y contraen, se expanden sin alejarse del centro de mi torso, solo entonces me doy cuenta de estar desnudo y los estambres blancos allí, flotando, saliendo de las puntas de mis dedos, pero nada mas, no me envuelven, no se mueven mas que mecidos por….la verdad no sé de que lugar nace su movimiento, solo siento su ritmo, sus picos de tensión, su complacencia en el devenir de las ondas lentas. Desconozco si los muevo yo o si su naturaleza es la de ondear como llamas tranquilas, como ondas de mar a cámara lenta…lo sé es una ilusión…lo sé? y que parte de mi lo sabe, o cree saberlo. No importa, son hermosos, cautivan mi atención. Y mientras yo sigo allí, suspendido sobre ese territorio de un árido gris perla, satinado de polvo y figuras pétreas, como si el paisaje tuviera ojos, como si…me hablara? Sigo allí, pero quiero descender, pisar la tierra, el polvo gris. Creo que quiero bajar porque tengo miedo, es incomodo está suspensión aérea, mi cuerpo apenas si responde a mis ordenes, y aunque lo hiciera aquí arriba no tengo nada a lo que agarrarme, nada de lo que tirar, ningún lugar a donde ir, ¿A donde podría ir? Mire donde mire todo es lo mismo, una inmensidad negra sin forma, sin arriba o abajo ni derecha o izquierda, solo ese suelo árido que presupongo es un «abajo» porque el suelo siempre está a los pies de uno.

Creo que es entonces cuando comienzo a bailar, muevo primero tímidamente los dedos de los pies. Sigo un compás inaudible que contagia mis muslos, la cadera tintinea… esto me sorprende, creo que sonrío y respiro aliviado, mi vientre se hincha cuando respira, se arquea la espalda de una manera casi imposible, se abren brazos y piernas, acaricio el vació con las puntas de los dedos, lo rasgo. Giro en círculos, asciendo más y más y más y más, mucho más, la tierra se aleja y yo sigo ascendiendo, golpeo el vacío rítmicamente y giro y asciendo y entonces…sale el sol, sale el sol, sale el sol, sale lentamente el sol, lo veo salir lentamente como de una nebulosa, sale el sol y me fuerzo a detenerme, a estar allí, consciente, sale el sol… me caliento, y por un momento me detengo a sentir como todo mi cuerpo arde. Veo nacer la luz…dios mio, la luz! Mis pupilas arden, ahora son de un color ámbar intenso y me baño, desnudo, un baño de luz y sigo bailando encendido, rabioso de vida, frenético, pletórico y nada más. Solo bailo y bailo frente a la luz del sol, bailo desnudo ante el sol, bailo flotando desnudo ante el sol, bailo, bailo , bailo, bailo, bailo, bailo, bailo…bailo

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